Comentario
Las diferencias entre las casas y los conjuntos multifamiliares nos hablan de una sociedad jerarquizada en clases. Sobre estos datos R. Millon ha definido la existencia de seis clases sociales en el centro, al menos desde tiempos Tlamimilolpa. La cúspide de la pirámide social estuvo ocupada por la elite dirigente que actuó en actividades políticas y religiosas de importancia y en la guerra. También el comercio a larga distancia fue una actividad de elite. Los gobernantes fueron personalidades históricas sobre todo al final de Teotihuacan, y estuvieron en ocasiones identificados con los dioses. Las actividades rituales, en particular aquellas que adquirían connotaciones políticas, tuvieron una gran importancia estratégica.
En la base de la mencionada pirámide se situaron los campesinos, más de 100.000 hacia el 600 d.C., que vivieron tanto en los conjuntos multifamiliares de la periferia como en aldeas y poblados en el campo. En estos sitios los restos de cultura material están emparentados con actividades de la vida cotidiana.
Los artesanos y especialistas ocuparon niveles intermedios, pudiendo haber sido hasta 50.000. Vivieron en conjuntos multifamiliares agrupados por el parentesco y la misma especialización. Se han encontrado más de 100 áreas de trabajo de obsidiana, y se han detectado zonas en las que trabajaron los lapidarios que confeccionaron máscaras, ceramistas y otros especialistas, los cuales estuvieron también estratificados según su maestría y la categoría y status de sus obras.
En el oeste de la ciudad existió un barrio de zapotecos conocido como el Barrio de Oaxaca, y en el este el Barrio de los Mercaderes, que contenía evidencias de relaciones con grupos de Veracruz y del norte del área maya, los cuales debieron ocupar también niveles intermedios de la sociedad teotihuacana.